Mezquindad: Según la Real Academia Española, mezquindad es la cualidad de mezquino, que a la ves, según la misma fuente, es el adjetivo que se le da al que escatima excesivamente y a toda persona avara, tacaña, miserable, ruin, falto de nobleza y moralmente despreciable.
Cierto es; que una persona mezquina no reúne para si ninguna característica positiva, la persona mezquina lo sabe, pero no puede escapar de su naturaleza, es así como la mezquindad se convierte en la nota característica de muchos quienes, teniendo en sus manos el poder de cambiar las cosas para bien en nuestro país, lejos de hacerlo, mas bien regatean, escatiman, especulan, niegan, esconden, mienten... sin pudor ni castigo.
Cuando hablamos de Mezquindades Políticas, hablamos precisamente de aquellas características negativas que invaden a la política convirtiéndola en politiquería.
La inacción política es también parte de las tantas mezquindades con las que uno se encuentra en la arena política, pero esa inacción normalmente es funcional a intereses personales mezquinos.
La inacción política es también parte de las tantas mezquindades con las que uno se encuentra en la arena política, pero esa inacción normalmente es funcional a intereses personales mezquinos.
Pero no termina allí la cosa, es también mezquino el cipayo movido por intereses partidarios, a veces incluso económicos, quienes de boca para afuera monopolizan el discurso, para evitar el debate, dado que sus argumentos no resisten mayor análisis, mientras, en su accionar o en su inacción son simples "palos en la rueda" de que cualquier iniciativa política.
Los mezquinos en la política no tienen remordimiento ni sentimientos de culpa, el egoísmo, la miseria, los celos y la envidia supuran en sus venas, no tienen decencia, mienten descaradamente, descalifican, desmerecen y agreden, cuando no tienen mas opciones, manipulan la verdad para que esta sea funcional a sus concupiscencias.
Dicen que "el ladrón juzga por su condición" y es así mismo, cuando en estos pseudo-políticos aflora la mezquindad, no tienen reparos en acusar, corromper, instigar, denunciar y coaccionar a todo aquel que de alguna manera intente tomar una iniciativa que pueda desnudar sus falencias y deficiencias, es en ese momento, en que la envida toma posesión del hombre y los convierte en escombros.
La envidia es una adoración de los hombres por las sombras, del merito por la mediocridad. Es el grillete que arrastra los fracasos. El que envidia se rebaja sin saberlo, se confiesa subalterno; esta pasión es el estigma psicológico de una humillante inferioridad, sentida, reconocida. Es pasión traidora y propicia a las hipocresías. Se puede odiar a las cosas y a los animales; solo se puede envidiar a los hombres. El odio que injuria y ofende es temible; la envidia que calla y conspiran es repugnante. Jose Ingeniero (El Hombre Mediocre)
Historicamente hablando, fueron las mezquindades politicas las que llevaron al fracaso cualquier iniciativa ciudadana en nuestro país, como ejemplo reciente podemos destacar, a la cúpula de la Asociación Nacional Republicana quienes propusieron derogar la Ley que Desbloquea las llamadas "Listas Sabanas" (http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/anr-buscara-derogar-la-ley-de-desbloqueo-381677.html). No se hace falta explicar demasiado porque lo intentaron, como tampoco el porque han fracasado en su intento.
Los paraguayos que buscamos cambiar el contexto de nuestras realidades, debemos aprender a reconocer las mezquindades politicas que nos rodean, debemos reconocerlos como el peligro, que verdaderamente son, para el futuro de nuestro pais, parafraseando de nuevo a Jose Ingenieros, debemos entender que aunque aislados (los mezquinos) no merezcan atención, en conjunto constituyen un régimen y representan un sistema especial de intereses inconmovibles.
Son las mezquindades políticas las que priorizan al partido antes que al país, las que reclaman el "orden institucional" para cubrir sus actos de corrupción, las que llenan de procedimientos burocráticos cualquier iniciativa, hasta matarla con la inacción, descontextualizarla o impedirla de todas las manera posibles. Tengamos cuidado y huyamos de los mezquinos...
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