06 abril 2012

El Migrante Paraguayo en la Argentina


Hay cierto estigma dando vuelta en torno al paraguayo migrante en la Republica Argentina, estigma que por cierto esta muy generalizado en dicho país.

La colectividad paraguaya es la comunidad migrante mas numerosa en la Argentina según índices del último censo hay alrededor de 500.000 paraguayos, pero sin embargo fuentes extraoficiales datan de más de 1 millón de compatriotas residentes.

Si bien la colectividad paraguaya es la más numerosa es la más estigmatizada junto con los bolivianos.

La sociedad argentina fue reconocida a nivel mundial por su lucha en defensa de los derechos humanos pero aun no pudo superar la discriminación y xenofobia al extranjero que proviene de países limítrofes, especialmente como he mencionado anteriormente hacia los paraguayos y bolivianos.

Algunos consideran el gentilicio “paraguayo” como un grave insulto, en escuelas y colegios secundarios es sinónimo de agravio. Hasta ese punto de degradación llego el termino y aunque muchos no lo quiera reconocer el compatriota en el extranjero es considerado inferior intelectualmente, en la mayoría de los casos esta concepción del paraguayo ha sido gratuita y en otros hubieron varios motivos de por medio.

Lastimosamente y como es de publico conocimiento en nuestro país tenemos un sistema educativo muy ineficiente que no logra acaparar a toda la población, muchos no saben hablar español, otros jamás pisaron una escuela y otros por motivos de fuerza mayor no pudieron culminar sus estudios. Fue así como obligados por aprietes económicos y necesidad tuvieron que irse del país en busca de nuevos horizontes, algunos sin siquiera conocer la capital del país pasaron de una zona rural a una gran urbe como Buenos Aires.

Algunos con un español muy improvisado se las rebuscaron como pudieron para insertarse en el mercado laboral, que por cierto en casos fueron explotados por sus mismos compatriotas, en el caso de los hombres fueron empleados en el rubro de la construcción, en el caso de las mujeres en su mayoría trabajan en el servicio domestico y casos muy penosos de mujeres que fueron victimas de trata de blancas donde cientas de mujeres paraguayas fueron explotadas sexualmente incluso hasta menores de edad. En su mayoría fueron traídas engañadas mediante promesas laborales que nunca se cumplieron, fueron a parar en manos de proxenetas que despojándolas de su documentación las iniciaron en tan aberrante actividad, provocándoles daños psicológicos y físicos irreversibles.

De ahí viene la generalización perversa hacia la mujer paraguaya como sinónimo de prostituta, sin embargo nadie analiza en que manera o circunstancia fueron a parar a esos antros.

Del hombre paraguayo se tiene una concepción como un hombre tosco, mal hablado, desalineado y de poca habilidad intelectual, hasta se nos conoce como cuchilleros y borrachos; la mayoría de nuestros compatriotas desempeñan sus labores como albañiles y lo malo no es trabajar como constructor o como empleada domestica, lo erróneo es pensar que el paraguayo lo único que sabe hacer es levantar paredes o trapear pisos o en su defecto prostituirse en los burdeles.

Con este estigma tiene que lidiar a diario el compatriota migrante, y la pregunta a todo esto es ¿que pasa con la clase pensante y culta paraguaya en el exterior? ¿Por que no demuestra lo que es capaz de hacer? ¿Por qué somos más de 500.000 y no estamos formalmente organizados? ¿Por qué siempre todo tiene que ser arriero portepe a lo chaco?

Es hora de que el paraguayo migrante muestre su capacidad y reclame a la clase política corrupta un verdadero cambio tanto en políticas educativas, sociales, sanitarias y laborales. Basta de sumisión y esa concepción del paraguayo como ser inferior! .... Junior Perez

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